Dedication:
A golden heart stopped beating last night. Our hearts are crushed and sore.
To my grandpa, that is now in heaven:
You fought like a warrior, but it was God’s will for you to go with him. We did our duty to the end ’til we could do no more. In tears at distance, in a video call, we watched you fade away, and though our hearts were breaking, we knew you could not stay. Our lips cannot speak how much we loved you, our hearts cannot tell what to say, but God only knows how much we miss you. Now you are at rest, but it broke our hearts see you go. You were a man of word, a man of family, a man of wisdom, and a man of faith. Your legacy will live on, for all the footprints you have left behind on each of our hearts. Your wife, your sons/ daughters, your grandchildren, and relatives will always remember you dearly.
The Story:
On Monday at 1:30 A.M, we received a call from the hospital in Indiana that my grandfather passed away. My grandfather had recently turned 70, he was visiting one of his daughters because she was expecting a baby. A week before his death he became ill. He began with flu-like symptoms, but he got worse and had to go to the hospital. They tested him with COVID, and he came out positive. He was immediately hospitalized since he was diagnosed with pneumonia and COVID. His condition became more critical. On Friday, he was placed on a ventilator. Sunday, early morning, his oxygen levels were not improving and, on Monday, early morning, we had received the devasted news that his heart did not resist. He had a cardiac arrest. We saw him one last time in a video call even though it was only through a phone screen. It was devastating seeing our grandfather be there alone with no one able to be at his side because of the virus. My grandpa has passed away leaving my grandma by herself.
Dedicatorio:
Un gran corazón dejó de latir anoche. Nuestros corazones están destrozados y adoloridos.
Para mi abuelo, que ahora esta en el cielo:
Luchaste como un guerrero, pero era la voluntad de Dios que fueras con él. Cumplimos con nuestro deber hasta el final hasta que no pudimos hacer más. Con lágrimas en la distancia, en una videollamada, lo vimos irse, y aunque nuestros corazones se rompían, sabíamos que no podía quedarse. Nuestros labios no pueden decir cuánto te amamos, nuestro corazón no sabe qué decir, pero solo Dios sabe cuánto te extrañamos. Ahora estás descansando aunque nos rompió el corazón verte partir. Eras un hombre de palabra, un hombre de familia, un hombre de sabiduría y un hombre de fe. Tu legado vivirá, por todas las huellas que has dejado en cada uno de nuestros corazones. Su esposa, hijos / hijas, nietos, bisnietos y parientes siempre lo recordarán con mucho amor.
Historia:
El lunes a la 1:30 a.m., recibimos la llamada del hospital dando nos la noticia que mi abuelo falleció. Mi abuelo acababa de cumplir 70 años y estaba visitando a una de sus hijas en Indiana. Una semana antes de su muerte se enfermó. Comenzó con síntomas parecidos a los de la gripe, pero empeoró y lo tuvieron que llevar al hospital. Le hicieron la prueba de COVID y salió positivo. Fue hospitalizado de inmediato ya que su estado se complicaba. Le diagnosticaron neumonía y COVID. Su condición se volvió más crítica. El viernes, lo colocaron en un ventilador. El domingo, temprano en la mañana, sus niveles de oxígeno no mejoraban y, el lunes, en la madrugada, habíamos recibido la devastada noticia de que su corazón no resistio. Tuvo un paro cardíaco. Atravez de una videollamada lo pudimos ver por última vez. Fue devastador ver a nuestro abuelito estar allí solo, sin que nadie pudiera estar a su lado debido al virus. Ahora tenemos a mi abuelita, su esposa, todavía en Indiana, desesperada y afligida esperando dónde será enterrado su esposo.